Análisis literario del «Poema de Gilgamesh»

Sinopsis

El texto más completo existente de la epopeya de Gilgamesh se encuentra en 12 tablillas incompletas en lengua acadia encontradas a mediados del siglo XIX por el asiriólogo turco Hormuzd Rassam en Nínive en la biblioteca del rey asirio Asurbanipal (reinó entre 668 y 627 A.C.). Los huecos que se encuentran en las tablillas han sido rellenados en parte por varios fragmentos encontrados en otras partes de Mesopotamia y Anatolia. Además, se conocen cinco poemas breves en lengua sumeria a partir de tablillas que fueron escritas durante la primera mitad del II milenio A.C.; los poemas se han titulado «Gilgamesh y Huwawa», «Gilgamesh y el Toro del Cielo», «Gilgamesh y Agga de Kish», «Gilgamesh, Enkidu y el Inframundo» y «La muerte de Gilgamesh»[1].

La versión ninivita de la epopeya comienza con un prólogo en alabanza de Gilgamesh, en parte divino y en parte humano, el gran constructor y guerrero, conocedor de todas las cosas en la tierra y el mar. Con el fin de frenar el aparentemente duro gobierno de Gilgamesh, el dios Anu provoca la creación de Enkidu, un hombre salvaje que al principio vive entre animales. Pronto, sin embargo, Enkidu se inicia en las formas de vida de la ciudad y viaja a Uruk, donde Gilgamesh lo espera. La tablilla II describe una prueba de fuerza entre los dos hombres en la que Gilgamesh es el vencedor; a partir de entonces, Enkidu es el amigo y compañero (en los textos sumerios, el sirviente) de Gilgamesh. En las Tablillas III-V, los dos hombres partieron juntos contra Huwawa (Humbaba), el guardián divinamente designado de un remoto bosque de cedros, pero el resto del enfrentamiento no está registrado en los fragmentos sobrevivientes. En la Tablilla VI, Gilgamesh, que ha regresado a Uruk, rechaza la propuesta de matrimonio de Ishtar, la diosa del amor, y luego, con la ayuda de Enkidu, mata al toro divino que ella envía para destruirlo. La Tablilla VII comienza con el relato de Enkidu de un sueño en el que los dioses Anu, Ea y Shamash deciden que Enkidu debe morir por matar al toro. Enkidu cae enfermo y sueña con la «casa de polvo» que le espera. El lamento de Gilgamesh por su amigo y el funeral de estado de Enkidu se narran en la Tablilla VIII. Después, Gilgamesh emprende un peligroso viaje (Tablillas IX y X) en busca de Utnapishtim, el superviviente del diluvio babilónico, con el fin de aprender de él cómo escapar de la muerte. Cuando finalmente llega a Utnapishtim, a Gilgamesh se le cuenta la historia del Diluvio y se le muestra dónde encontrar una planta que pueda renovar la juventud (Tablilla XI). Pero después de que Gilgamesh obtiene la planta, es capturada y devorada por una serpiente, y Gilgamesh regresa, aún mortal, a Uruk. Un apéndice de la epopeya, la Tablilla XII, relata la pérdida de objetos llamados pukku y mikku (tal vez «tambor» y «baqueta») dados a Gilgamesh por Ishtar. La epopeya termina con el regreso del espíritu de Enkidu, quien promete recuperar los objetos y luego da un informe sombrío sobre el inframundo[2].

Introducción

La Épica de Gilgamesh es un destacado poema épico mesopotámico que originalmente narraba la vida de un líder histórico y posteriormente fue ampliado a un extenso poema. Redactado en acadio, un dialecto semítico escrito en cuneiforme en Mesopotamia (actual Irak), su composición data aproximadamente del 2000 a.C. La evolución del relato en forma de poema refleja inevitablemente la influencia del autor, quien imbuye el texto con una profunda reflexión lírica. En realidad, la épica, no obstante, fue compilada por múltiples personas a lo largo de los siglos; siendo que la versión más conocida es atribuida a Sin-leqi-unninni, un escriba babilónico, quien pudo haber dado forma a la narrativa final.

Gilgamesh, como personaje, experimenta un gran desarrollo a lo largo de la épica, pasando de ser un rey tiránico a un líder más sabio y reflexivo. La dualidad de Gilgamesh, con sus dos facetas y naturalezas, así como sus tonos brillantes, elogiosos y excéntricos, está profundamente conectada con el ámbito de lo mágico. De hecho, la épica de Gilgamesh incluye elementos mágicos y mitológicos, reflejando sus dos facetas: el héroe fuerte y el buscador de sabiduría y la inmortalidad.

Contexto histórico y cultural

Las andanzas de Gilgamesh tras la muerte de Enkidu, su inesperado enfrentamiento con su propia mortalidad, son el resultado de una repentina aversión hacia ese ideal, uno que puede haber sorprendido a su antigua audiencia. No obstante, los intentos subsiguientes de Gilgamesh por encontrar la vida eterna están firmemente situados en el tiempo heroico. Para lograrlo, primero debe persuadir al único sobreviviente del Gran Diluvio para que le revele el secreto de la eterna juventud, y emprender un arduo viaje, durante el cual supera diversos monstruos.

La Épica de Gilgamesh, como se dijo, narra la historia de Gilgamesh, rey de Uruk, y el hombre salvaje Enkidu, creado por los dioses para distraerlo de la desdichada ciudad cuyos habitantes tanto se quejan en sus oraciones. Cada uno, a su manera, encarnación de la masculinidad, comienzan como enemigos y terminan como amigos, luchando y matando juntos a seres monstruosos, e inspirando no sólo el respeto y la admiración, sino la adoración, de todos a su alrededor. Sus aventuras conjuntas les enseñan lo que significa ser humano.

Temas y motivos en la épica

El estudio de este poema profundiza en el carácter individual, el pensamiento, el comportamiento y el destino de los personajes. Las diversas partes nos permiten entender a Gilgamesh como un personaje significativo dentro del poema. Gilgamesh comienza como un rey tiránico y opresivo. Es violento y lujurioso, buscando autonomía e independencia. A través de su amistad con Enkidu, adquiere nuevos valores y trata de ser un mejor líder. Sus experiencias compartidas y las pruebas que enfrentan juntos los enseñan sobre la verdadera naturaleza de la humanidad.

Los temas y motivos presentes en esta obra son importantes porque añaden capas temáticas de nuestras experiencias personales y comprensiones contemporáneas. Es necesario realizar estudios históricos y críticos para entenderlos a mayor profundidad. Con excepción de algunos eruditos, la mayoría de los estudiosos contemporáneos siguen interesados en los contextos históricos de las composiciones antiguas. El poema aborda preguntas sutiles sobre verdades humanas generales como la responsabilidad moral, el libre albedrío, el contenido metafísico, la unidad antropológica y el determinismo teológico. Los dioses juegan un papel crucial en los eventos que afectan a Gilgamesh y Enkidu debido a estos puntos.

La relación entre Gilgamesh y Enkidu es una obra maestra de la narrativa antigua y no puede ser adecuadamente capturada por un simple análisis. Es una historia de amistad y hermandad, la unión de dos mitades que se perfeccionan mutuamente; juntos son más fuertes de lo que cada uno sería por sí mismo. El amor que estos dos hombres comparten es una de las formas más puras de amistad. Esta relación, que trasciende el amor romántico, añade una profundidad significativa a la épica, convirtiéndola en algo mucho más que una buena historia.

Análisis de personajes

La lealtad entre dos viejos amigos puede tener diferentes fundamentos. Enkidu, quien protege a Gilgamesh en batalla y en muchas otras situaciones, permite que su relación florezca al encarnar cualidades que Gilgamesh carece: atención, respeto por los dioses y amor por las personas. Estas cualidades ejemplares, que muestran a alguien como un modelo a seguir, son las que Gilgamesh debe esforzarse por alcanzar. En su búsqueda de la inmortalidad tras la muerte de Enkidu, Gilgamesh viaja hasta los confines del mundo, enfrenta la muerte y busca comprender el valor de la vida.

Nótese que Gilgamesh, el héroe de esta épica, es el rey de Uruk, el más fuerte de los hombres y una figura que es dos tercios dios. Gilgamesh debe superar numerosos obstáculos para alcanzar su objetivo final: la comprensión y aceptación de su propia mortalidad. Antes de lograr este objetivo, somos testigos de múltiples destellos de la mente de Gilgamesh, una mente llena de atributos fuertes y gran carácter.

A diferencia de las historias heroicas comunes, la historia de Gilgamesh es la de un ser que se vuelve sabio y comprende la vida a través de sus errores personales y su sufrimiento. Esta evolución personal es lo que finalmente convierte a Gilgamesh en un verdadero héroe. La épica muestra que, aunque Gilgamesh no logra la inmortalidad física, obtiene una forma de inmortalidad a través de su legado y la sabiduría que adquiere al valorar la vida y sus logros.

Aunque no se menciona explícitamente que Gilgamesh estuviera casado o tuviera hijos en la épica, su relación con el pueblo de Uruk es compleja. Gilgamesh no solo es un guerrero formidable, sino también un administrador y un arquitecto que construye las imponentes murallas de Uruk. Estas murallas son una de sus mayores hazañas y se mencionan al final de la épica como un testimonio de su legado. La «arrogancia» de Gilgamesh se debe en gran parte a su fuerza física y sus logros. Sin embargo, su búsqueda de la inmortalidad tras la muerte de Enkidu lo lleva a comprender que la verdadera inmortalidad reside en los logros y el impacto que uno deja en la vida. Aunque no alcanza la inmortalidad física, Gilgamesh aprende a apreciar la vida y a aceptar su mortalidad, convirtiéndose en una figura histórica y literaria crucial en la historia sumeria.

Enkidu, por su parte, es la encarnación de las fuerzas naturales del mundo, un ser que vive en armonía con los animales hasta que es domesticado por Shamhat, una mujer sabia y sensual. A través de su encuentro con ella, Enkidu se humaniza y deja atrás su vida salvaje. Esta transición marca su integración en la civilización y su eventual amistad con Gilgamesh.

La relación entre Gilgamesh y Enkidu es central en la épica. Ut supra se dijo que Enkidu complementa a Gilgamesh con cualidades como el respeto por los dioses y el amor por las personas, cualidades que inicialmente faltan en el rey. Aunque Enkidu ama la naturaleza, su muerte no es pacífica ni en batalla, sino causada por una enfermedad enviada por los dioses como castigo. Esta muerte simboliza la pérdida de la inocencia y la dolorosa transición de un estado primitivo y puro a la civilización. Enkidu, a menudo asociado con la naturaleza, representa la pureza y la conexión con el mundo natural. Su trágica muerte y su impacto en Gilgamesh subrayan el proceso de civilización y la adquisición de conocimiento, que a menudo conlleva la pérdida de la inocencia.

Dispositivos y técnicas literarias

La Épica de Gilgamesh emplea varios dispositivos literarios característicos de la poesía épica antigua. Uno de los más importantes es el uso del símil épico, una figura poética que se utiliza para describir y explicar relaciones o ideas a través de largas y elaboradas comparaciones. Estos símiles a menudo se extienden a lo largo de varias líneas y son un rasgo distintivo de la narrativa.

El poema también hace uso de repeticiones frecuentes y fórmulas comunes, lo que indica su origen en una tradición oral elaborada. Estas repeticiones no solo facilitan la memorización y recitación del poema, sino que también enfatizan temas y motivos importantes. Además, la Épica de Gilgamesh utiliza otros dispositivos literarios como catálogos, acertijos, asociaciones, desafíos, interrupciones narrativas, interludios y prolepsis, todos los cuales son comunes en la poesía épica oral.

El concepto de «contexto-motivo» era familiar para el compositor del poema, lo que demuestra su habilidad para crear largos textos poéticos. De esta manera, la Épica de Gilgamesh no es simplemente una reliquia arcaica, sino un ejemplo consciente y artísticamente preparado de lo que un poema producido oralmente podría ser.

Los símiles épicos son un recurso poético fundamental en la Épica de Gilgamesh. Estas comparaciones largas y detalladas se utilizan para describir situaciones y personajes de una manera vívida y evocadora. A diferencia de las fórmulas homéricas, los símiles épicos en Gilgamesh son frases y oraciones especiales que no se encuentran en otras literaturas preclásicas o clásicas de la época. Estos símiles a menudo se relacionan con temas de la naturaleza y la vida silvestre, reflejando la conexión de los personajes con su entorno natural. Los símiles animales son particularmente comunes y ayudan a destacar las cualidades de los personajes y las situaciones.

La Épica de Gilgamesh, junto con otros mitos elaborados como el Enuma Elish, es un producto de una conciencia artística rica y compleja. Los escribas que transcribieron estos poemas en el Primer Milenio eran intérpretes talentosos que contribuyeron a la preservación y transmisión de estas obras maestras literarias.

La sabiduría de Siduri

En la Épica de Gilgamesh, Siduri, la tabernera que vive al final del mundo, es conocida por su sabiduría y sus consejos sobre cómo vivir. Aunque su conocimiento es profundo, Siduri se adhiere a las formalidades y no cree que ningún hombre pueda conquistar las fuerzas del inframundo. En sus conversaciones con ella, Gilgamesh busca no solo respuestas sobre el conocimiento antiguo de las mujeres, sino también alguna pista que le permita enfrentar su propio miedo a la muerte. Siduri le ofrece un consejo espiritual: aceptar la mortalidad y disfrutar de la vida, ya que el fuego espiritual dentro de él nunca puede ser apagado.

Siduri aconseja a Gilgamesh que disfrute de la vida, coma, beba y sea feliz, reflejando una perspectiva sobre cómo existir plenamente ante la inevitabilidad de la muerte.

En la mitología mesopotámica, las mujeres como Inanna tenían conocimientos y rituales secretos. Inanna, la diosa del amor y la fertilidad, descendió al inframundo en busca de su amante Dumuzi y fue detenida por su hermana Ereshkigal, la reina del inframundo, lo que simboliza el desafío y la búsqueda de la vida y la muerte.

Shamhat e Ishtar

Shamhat e Ishtar, por otro lado, son dos figuras femeninas que representan diferentes aspectos de la sexualidad y el poder femenino en la Épica de Gilgamesh. Shamhat, la sacerdotisa, humaniza a Enkidu a través del amor y la sexualidad, sacándolo de su estado salvaje y llevándolo a la civilización. Su papel demuestra cómo la sexualidad puede ser una fuerza de civilización y transformación.

Ishtar, por otro lado, es una diosa de la guerra y el amor, conocida por su poder y también por su temperamento volátil. Aunque poderosa, su relación con los hombres es compleja; en la guerra, es una aliada valiosa, pero en el amor, su deseo puede ser destructivo. Ishtar intenta seducir a Gilgamesh, pero él la rechaza, destacando su independencia y resistencia a ser dominado por sus impulsos.

Ambas mujeres reflejan las dualidades de la feminidad: Shamhat como una figura que nutre y civiliza, e Ishtar como una diosa poderosa pero caprichosa. Estas representaciones subrayan la complejidad de la sexualidad femenina y su impacto en los hombres. Mientras que Shamhat aporta armonía y significado a la vida de Enkidu, Ishtar representa el poder que puede tanto proteger como destruir. En la narrativa, estas figuras muestran cómo las mujeres pueden influir profundamente en el destino de los hombres y la civilización en general.

Comparación con otras épicas antiguas

Una comparación con los mitos egipcios o griegos puede ofrecer elementos esenciales de crítica frente al carácter significativo de estos poemas. Si uno intenta establecer una orientación para una biografía de Gilgamesh, podría parecer que se está investigando las biografías de los antiguos héroes griegos.

La épica de Gilgamesh evoca, por otro lado, tanto por su contenido como por su forma, los poemas heroicos de la India. Esta afirmación se basa en la traducción de un texto poético que puede referirse a otros, esto es, a un gran número de personajes cuyo origen práctico o mitológico es seguro: dioses, un hombre histórico y diversas personas que aparecen en diferentes leyendas localizadas que se atribuyen a Gilgamesh. Estos temas determinan el marco del texto y su composición, así como la estructura poética.

Si entramos en detalles, la sumerología se esfuerza por aislar los elementos extraídos de estos tres tipos de tradiciones. Además, aunque frecuentemente se encuentran paralelismos con la forma poética particular de Gilgamesh, lo mismo no puede decirse del contenido examinado de estos personajes sumerios, ya que uno no puede, nuevamente, relacionarlos con otras civilizaciones. El carácter común reconocido en nuestra sumerología elige adjuntarlos ciertamente al conjunto de épicas antiguas compuestas en las civilizaciones de los antiguos escritores.

Las fuentes más probables del Antiguo Testamento son obras poéticas y leyendas similares, con historias relacionadas con la lluvia o eventos meteorológicos, situados en Babilonia. Pero toda la atmósfera, la manera y el sistema se asemejan mucho más a los escritos sacerdotales de los judíos. Sin embargo, es necesario captar en Gilgamesh el hecho de que incluso un tema épico está adornado, dibujado y modelado alrededor de diversas pequeñas leyendas poéticas en las cuales el destino personal del héroe se mezcla con el de toda la humanidad en ocasiones, y la situación solar y cósmica de este héroe exime a los documentos de pensamiento mágico y divino de apelaciones a investigaciones avanzadas.

Finalmente, además de la Ilíada, debieron haber existido otros dos poemas épicos sobre la Guerra de Troya y sus héroes, uno que describía los eventos que conducían a la guerra («la Cipria», llamada así por una isla), y el otro, los varios personajes (incluyendo a Aquiles) y su querido amigo Patroclo. La Ilíada cubre solo una pequeña parte de la guerra, y casi exclusivamente sobre Aquiles. Se dice que el autor de la Cipria compuso otro poema épico sobre el final de la guerra en sí («la Pequeña Ilíada»), cubriendo los eventos alrededor del Juicio de Paris, la muerte de Héctor, etc. El amanecer de la literatura griega, tradicionalmente asignado a Hesíodo y Homero, se fecha tradicionalmente en la época de estos autores. A Hesíodo se le atribuye la composición alrededor del 732 a.C., y las épicas de Homero, la Ilíada y la Odisea, se sitúan en el medio o quizás al final del siglo VIII a.C.

Volvemos ahora a los antiguos griegos, quienes proporcionan la mayoría de las piezas para la reconstrucción conjetural de la historia y la literatura tempranas del hombre. Estas personas se unieron en asentamientos desde una existencia dispersa y escasa entre los mares Egeo, Jónico y adyacentes. Los pueblos resultantes, municipios y finalmente federaciones vivieron en una órbita de una civilización letrada establecida y en crecimiento. Esta civilización es más antigua que la de los primitivos griegos mismos por 300-500 años, y consiste generalmente en culturas designadas hoy como la Creto-Micénica. Algo del conocimiento de sus leyendas de los predecesores helenos logró una conciencia y comprensión generalizadas. El ocaso del barbarismo griego, en el que parece que estamos involucrados hoy, tenía para Aquiles y Odiseo un significado mucho más profundo.

Significado religioso y mitológico

Más allá de su narrativa, la Épica de Gilgamesh revela aspectos importantes del credo político y social de la antigua Mesopotamia. Aunque no está directamente relacionado con Asurbanipal, la recopilación de textos durante su reinado, incluyendo la épica, nos proporciona una visión más clara de estas antiguas creencias y prácticas. La relación entre el pensamiento religioso, ideológico y social en la época está bien documentada.

A pesar de la naturaleza política-religiosa de la narrativa, un fuerte elemento religioso domina el poema. Las deidades Ninsun y Shamash juegan roles significativos en la vida de Gilgamesh. A lo largo del poema, se utilizan expresiones comunes para referirse a los poderes divinos, mostrando el contexto religioso de la época. La narrativa refleja el clima religioso de la antigua Mesopotamia, donde los reyes se encargaban de asegurar que la voluntad divina se cumpliera.

La historia del diluvio

La historia del diluvio es una parte crucial de la Épica de Gilgamesh, proporcionada como un contexto mitológico para la narrativa. Después del relato del diluvio, la Tablilla 11 concluye con una historia que podemos comparar con «El Noé Babilónico». Estos relatos mitológicos describen viajes al más allá y reflejan la transición de héroes que trascienden la existencia humana a un período donde se abordan los grandes desafíos de la vida.

El contexto para los episodios finales de la épica está preparado por las narrativas anteriores, y la historia del diluvio actúa como un punto de transición importante. A medida que el poema avanza, muestra cómo los gobernantes heroicos y semi-divinos enfrentan grandes cataclismos, conectando estos eventos con episodios mitológicos y cósmicos que forman parte integral del ciclo de Gilgamesh.

Recepción y legado de la épica

Gilgamesh es una de las figuras más importantes de la cultura humana. La historia de su nacimiento, su ascensión como tirano de la ciudad de Uruk, su amistad con Enkidu, y su búsqueda del secreto de la inmortalidad tras la muerte de su amigo, son los detalles narrativos básicos del poema que, combinados con su profunda perspicacia psicológica y exploración de la condición humana, lo convierten en una guía valiosa para el autoconocimiento.

La Épica de Gilgamesh ha inspirado directamente muchas manifestaciones en la literatura, el arte, la música y la cultura popular. Su impacto y legado son tan vastos que es casi imposible de cuantificar. Además, ha sido adaptado en varias películas y miniseries de televisión. Los personajes y tramas inspirados por los temas literarios y míticos del poema son incontables.

El poema y sus personajes han tenido una considerable influencia en la literatura moderna. La naturaleza de Enkidu ha atraído la atención de varios autores. Enkidu se ha convertido en una versión modernizada del Buen Salvaje. En las últimas décadas, Enkidu ha sido cada vez más representado como un héroe ecológico, como alguien que simboliza el mundo natural. A un nivel más profundo, Enkidu ha sido visto como una representación del estado liminal, como una figura profundamente relevante para la teoría cultural y psicológica contemporánea. Enkidu también puede ser la encarnación del yo interior y actuar como el sujeto de un viaje espiritual. De hecho, el patrón de la Épica ha sido visto recientemente como uno de transformación y del nacimiento del yo. Las teorías de Freud sobre el deseo de muerte y los estudios de Melanie Klein sobre la reparación y la ambivalencia entre padre e hijo han sido utilizados, recientemente, como base para nuevas teorías. Tales interpretaciones recientes, como la transformación imagística constante y la imaginería psicoanalítica, pueden estar profundamente arraigadas en el poema.


[1] Un destacado ensayo en castellano de la obra disponible en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, fue escrito por Fernando Darío Gonzalez Grueso, bajo el título «Gilgamesh, un estudio antropológico cultural y literario del primer héroe». En este texto, se explora al primer héroe épico de la humanidad, Gilgamesh, desde una perspectiva antropológica y cultural. El análisis revela las características fundamentales del héroe sumerio-acadio, como su sabiduría, capacidad para penetrar espacios imposibles, donador de bienes, conocedor de secretos, y su ocasional transformación en salvaje. Estas cualidades de Gilgamesh se reproducen en muchos héroes y heroínas de la literatura mundial.

[2] Britannica, T. Editors of Encyclopaedia (2024, May 10). Epopeya de Gilgamesh. Enciclopedia Británica. https://www.britannica.com/topic/Epic-of-Gilgamesh

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